Redacción / Imagen: Pablo Eguizabal. Madrid
‘El Futuro Próximo de la Terapéutica Antitumoral’, segunda mesa de la jornada Fuinsa sobre ‘Innovación farmacológica en oncología’, ha puesto de manifiesto cómo los avances en el conocimiento del comportamiento de las células tumorales han servido para el desarrollo de nuevos fármacos, las pautas que sigue el Ministerio para aprobar un medicamento de este tipo, cómo son necesarios mecanismos de control en los hospitales para hacer que estas terapias sean coste-efectivas o las oportunidades que brindan los contratos de riesgos compartidos. .
Portolés, San Miguel, Paz-Ares, Goñi y Clopés.
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Moderada por Antonio Portolés, presidente de la Sociedad Española de Farmacología Clínica. En dicha mesa participaron el Jefe del Servicio de Oncología del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, Luis Paz-Ares; Teresa San Miguel, Jefa de Servicio de la Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios; Ana Clopés, Jefa de Servicio de Farmacia del instituto Catalán de Oncología y Manuel Goñi, Profesor de Economía Aplicada de la Universidad Complutense.
Paz-Ares afirmó que “el desarrollo de nuevos antitumorales estará muy influido por el conocimiento biológico de las anomalías moleculares responsables del comportamiento tumoral y el diseño de estrategias de intervención terapéutica efectiva. Este nuevo modelo, menos empírico y más racional, se ha mostrado efectivo en la identificación de estrategias terapéuticas altamente efectivas en subgrupos específicos de pacientes cuyos tumores comparten alteraciones moleculares concretas."
Por su parte, Teresa San Miguel basó su intervención en la financiación y fijación de precios de medicamentos antitumorales explicando que ésta está orientada a poner a disposición de los pacientes medicamentos de interés, a la vez que a contribuir a la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud. Comentó que entre los criterios para la financiación pública de medicamentos se encuentran la gravedad de la patología, la utilidad del medicamento y su grado de innovación.
Ana Clopés, Jefa del Servicio de Farmacia del Instituto Catalán de Oncología centró su intervención en la selección y priorización de uso de los nuevos antitumorales en el entorno asistencial asegurando que no se pueden tomar decisiones estandarizadas sino siguiendo unos criterios.
Cerró la jornada el profesor Manuel García Goñi quien afirmó que el desarrollo de nuevas medicinas que mejoren la atención a los pacientes conlleva riesgos financieros severos para la industria farmacéutica. “No obstante, una vez aprobado el medicamento y su precio, el riesgo financiero recae por completo en el financiador, más allá de una caída en la demanda que sí sufriría la industria”, aseguró Goñi. “Los contratos de riesgo compartido podrían utilizarse para flexibilizar y facilitar la entrada de medicamentos coste-efectivos al mercado siempre y cuando se pueda verificar un correcto y racional uso y prescripción. De esta manera tanto el financiador como al industria o los pacientes saldrían beneficiados”.
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